La madrugada del sábado 29 de marzo es cuando se cambia la hora en España en 2014 para entrar en el horario de primavera y verano. Los motivos por los cuales se adelanta el reloj en esta fecha son una medida de ahorro energético y se estima que este cambio implica una reducción del 5% del consumo en energía eléctrica en todo el país.
Se adelanta el reloj para aprovechar la luz y ahorrar energía., desde 1974.
Domingo 30 de Marzo comienza el horario de verano y los relojes se adelantaran una hora. Así que a las 2.00 horas serán las 3.00 horas. Con eso conseguiremos más horas de luz y se hará más tarde de noche.
Con una crisis del petróleo algunos países decidieron adelantar sus relojes con el fin de aprovechar mejor la luz del sol y consumir menos electricidad. Desde la aprobación de la Novena Directiva, por el Parlamento Europeo y Consejo de la Unión, en enero de 2001, este cambio se aplica con carácter indefinido.
La UE establece con carácter permanente las fechas de inicio del periodo de la hora de verano (en el que, como ahora, se adelanta el reloj una hora) y su finalización (cuando se retrasa el reloj una hora), produciéndose el último domingo del mes de marzo y el último domingo del mes de octubre, respectivamente.
El ahorro, por el cambio de hora, puede llegar a representar un 5% del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a unos 300 millones de euros.
De esa cantidad, 90 millones de euros corresponderían al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de 6 euros por hogar; mientras que los otros 210 millones de euros restantes se ahorrarían en los edificios del sector terciario y en la industria.
Cuando cambiamos el horario se pueden traducir en alteraciones de nuestro reloj biológico.
Pueden producir diversos síntomas.
Estos síntomas se resumen en un malestar general, que viene acompañado de fatiga, astenia y una bajada en el rendimiento de la persona en los días posteriores al cambio horario, con una menor productividad en el trabajo.
Nos sentimos un poco más depresivos a causa del cansancio, la fatiga general y los cambios en el sueño. El cambio afecta también al aparato digestivo, ya que se modifican los horarios de las comidas y se produce un aumento de la secreción del jugo gástrico y del apetito por la noche.
No afecta a todos por igual, los más perjudicados suelen ser los pacientes con problemas neurológicos (migrañas, trastorno bipolar, síndrome depresivo…) en los que se produce una agudización temporal de sus síntomas. También suelen presentar más alteraciones las personas con horarios rígidos.
Los niños se adaptan con mayor facilidad, porque su sistema neurológico y sus ciclos vitales aún no son maduros. Los más mayores pueden presentar problemas para acostarse a su hora habitual porque aún hay luz solar.
Consejos para combatir los síntomas
En los días previos al cambio, se podía adelantar 15 minutos la hora de acostarse en los cuatro días previos al cambio, reajustar el horario de comidas, evitar las siestas, comer adecuadamente y beber mucha agua, mantenerse físicamente activo, evitar el uso de cafeína por la mañana y alcohol por la noche y tener cuidado al conducir el día siguiente al cambio de hora.
En tres días casi todos somos capaces de adecuarnos al cambio.
El cambio, tiene sus efectos positivos para la salud: fomenta las actividades al aire libre, lo cual se traduce en una mejoría del estado de salud.
¿Se debe cambiar de hora dos veces al año?
La madrugada del sábado 29 de marzo es cuando se cambia la hora en España en 2014 para entrar en el horario de primavera y verano. Los motivos por los cuales se adelanta el reloj en esta fecha son una medida de ahorro energético y se estima que este cambio implica una reducción del 5% del consumo en energía eléctrica en todo el país.
Se adelanta el reloj para aprovechar la luz y ahorrar energía., desde 1974.
Domingo 30 de Marzo comienza el horario de verano y los relojes se adelantaran una hora. Así que a las 2.00 horas serán las 3.00 horas. Con eso conseguiremos más horas de luz y se hará más tarde de noche.
Con una crisis del petróleo algunos países decidieron adelantar sus relojes con el fin de aprovechar mejor la luz del sol y consumir menos electricidad. Desde la aprobación de la Novena Directiva, por el Parlamento Europeo y Consejo de la Unión, en enero de 2001, este cambio se aplica con carácter indefinido.
La UE establece con carácter permanente las fechas de inicio del periodo de la hora de verano (en el que, como ahora, se adelanta el reloj una hora) y su finalización (cuando se retrasa el reloj una hora), produciéndose el último domingo del mes de marzo y el último domingo del mes de octubre, respectivamente.
El ahorro, por el cambio de hora, puede llegar a representar un 5% del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a unos 300 millones de euros.
De esa cantidad, 90 millones de euros corresponderían al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de 6 euros por hogar; mientras que los otros 210 millones de euros restantes se ahorrarían en los edificios del sector terciario y en la industria.
Cuando cambiamos el horario se pueden traducir en alteraciones de nuestro reloj biológico.
Pueden producir diversos síntomas.
Estos síntomas se resumen en un malestar general, que viene acompañado de fatiga, astenia y una bajada en el rendimiento de la persona en los días posteriores al cambio horario, con una menor productividad en el trabajo.
Nos sentimos un poco más depresivos a causa del cansancio, la fatiga general y los cambios en el sueño. El cambio afecta también al aparato digestivo, ya que se modifican los horarios de las comidas y se produce un aumento de la secreción del jugo gástrico y del apetito por la noche.
No afecta a todos por igual, los más perjudicados suelen ser los pacientes con problemas neurológicos (migrañas, trastorno bipolar, síndrome depresivo…) en los que se produce una agudización temporal de sus síntomas. También suelen presentar más alteraciones las personas con horarios rígidos.
Los niños se adaptan con mayor facilidad, porque su sistema neurológico y sus ciclos vitales aún no son maduros. Los más mayores pueden presentar problemas para acostarse a su hora habitual porque aún hay luz solar.
Consejos para combatir los síntomas
En los días previos al cambio, se podía adelantar 15 minutos la hora de acostarse en los cuatro días previos al cambio, reajustar el horario de comidas, evitar las siestas, comer adecuadamente y beber mucha agua, mantenerse físicamente activo, evitar el uso de cafeína por la mañana y alcohol por la noche y tener cuidado al conducir el día siguiente al cambio de hora.
En tres días casi todos somos capaces de adecuarnos al cambio.
El cambio, tiene sus efectos positivos para la salud: fomenta las actividades al aire libre, lo cual se traduce en una mejoría del estado de salud.
¿Se debe cambiar de hora dos veces al año?
